Este martes se cumplen 9 años de la desaparición de Natalia Acosta, que ocurrió el 29 de mayo de 2009. Silvina Sierra, de la Mesa Ni Una Menos, dijo que "se cumplen 9 años de impunidad y de lucha de una familia que no baja los brazos buscando a su hija".

Sierra sostuvo que "toda esta familia está buscando a su hija y no bajan los brazos, la causa estuvo parada teniendo argumentos para investigar, es un caso de trata de personas. Lamentablemente se perdió mucho tiempo y nos queda la esperanza que sigan cayendo los cómplices".

Por su parte Ariel su padre indicó que "hay medios de Buenos Aires que quisieron venir a cubrir las notas y los pararon, supuestamente hay algo escondido, queremos que la Justicia los castigue, estamos esperando noticias de antropología de lo que se secuestró el año pasado". Su mamá Cristina también dijo que "tenemos esperanza y queremos agradecerle al fiscal y al abogado querellante, ellos están haciendo su trabajo y están trabajando muy bien, tuvimos muchos avances, nos escuchan y aconsejan, es muy duro porque son muchos años, no es un día. Estamos mal".

Cabe recordar que un hombre de 56 años está preso desde el año pasado por orden del juez federal Nº ” Francisco Miño. Se trata de Osvaldo Gabriel Cerri, a quien el fiscal Walter Rodríguez imputó por el supuesto delito de “trata de personas” y en un operativo le allanaron la casa en la zona norte de la ciudad. 

En el allanamiento, sorprendió a los investigadores la cantidad de basura acumulada en la vivienda, un par de carteles de la campaña electoral de 2011 y los comentarios en voz alta sobre sus supuestos conocidos políticos.

Natalia desapareció en la madrugada del 29 de mayo de 2009. En octubre de 2016, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de Naciones Unidas exigió a la Argentina las “investigaciones oportunas” para “esclarecer el destino y el paradero” de la joven y “proteger sus derechos” y los de su familia.

La investigación logró reconstruir los días previos a la desaparición de Acosta. Y pudo probar que Cerri se conectó con ella, en la esquina de 25 de Mayo y Suipacha “que era su parada‑, se presentó como dueño de Místico y le propuso trabajar en el club, los domingos. La hermana de Natalia dijo que ella lo llamaba “Osvaldo” y decía que era un “gil”. Otros testigos lo identifican como “manager” del cabaret.