Como tantas cosas, el delito se recicla incluso al compás de los tiempos de crisis económica, donde objetos que antes pasaban desapercibidos ahora son buscados especialmente para robarlos y cambiarlos por algunos pocos pesos en el mercado negro.
En este caso, el bronce presente en lugares de acceso público son robados por delincuentes que no reparan en quedar grabados por cámaras ubicadas en zonas comerciales y céntricas.
Desde hace tiempo, quienes construyen ornamentos para el cementerio de Santa Fe, que sean ubicados en corredores o tumbas, aconsejan que los objetos no sean de bronce o metales aún más caros, ante el permanente robo de esas instalaciones.
Sin embargo, la práctica ahora trasciende los lugares de cierto resguardo como la necrópolis local, y se realiza en calles céntricas de la ciudad, a la vista de quienes pasan por el sitio.
El pasado domingo 1 de setiembre, a primera hora, las paredes del sindicato gastronómico local ubicado en calle San Jerónimo entre Suipacha y Crespo, fue centro de un nuevo hecho captado por una cámara instalado a pocos metros.
En este caso, el ladrón llegó en bicicleta y sin que lo ahuyente los automóviles que pasan por la zona, procedió a robar el barral de una antigua ventana ubicada sobre esa vía céntrica.