En una nota dirigida al ministro de Salud, Carlos Parola, la Asociación Trabajadores del Estado –ATE- Santa Fe afirma que se viene acompañado desde el “primer momento de la declaración de la emergencia sanitaria, a nuestros compañeros que desempeñan sus funciones en el territorio. Somos trabajadores del Estado, actuando en nombre del Estado y sentimos un enorme compromiso y responsabilidad ante la situación que estamos transitando”.

Asimismo, explican que el motivo de la nota radica en “la necesidad de solicitar a la autoridad competente pueda dar respuesta al armado, coordinación y ejecución de dispositivos en Salud Mental que busquen asegurar el equilibrio físico, emocional y de relacionamiento de los trabajadores para que la eficiencia del trabajo no se encuentre comprometida”.

En ese sentido, ATE enumera los miedos e inquietudes a los que deben enfrentarse, tales como “ el miedo a enfermarse y morir; evitar acercarse a las instalaciones de salud por temor a infectarse mientras está bajo cuidado, miedo a perder sus medios de vida, no poder trabajar durante el aislamiento y ser despedido del trabajo; miedo a ser excluido socialmente o puesto en cuarentena por estar asociado con la enfermedad (por ejemplo, discriminación contra personas que provienen de, o se percibe que provienen de, las áreas afectadas); sentirse impotente para proteger a sus seres queridos y miedo a perderlos debido al virus. Miedo a ser separado de sus seres queridos y cuidadores debido al régimen de cuarentena.

Respecto de las fuentes de estrés que experimentan los trabajadores públicos; que condicionan su actividad laboral, sus relaciones comunitarias y laborales; incluyendo especialmente a los trabajadores identificadores de casos y otros, se mencionan:

- Riesgo de infectarse e infectar a otros, especialmente si el modo de transmisión de COVID-19 no es 100% claro.

- Los cuidadores pueden sentirse cada vez más preocupados porque sus hijos/as estén solos en casa (debido al cierre de escuelas) sin el cuidado y el apoyo adecuados.

- Riesgo de deterioro de la salud física y mental.  

- Estigmatización hacia quienes trabajan con pacientes con COVID 19.

- Mayores demandas en el entorno laboral, incluidas largas horas de trabajo, mayor número de pacientes y mantenerse al día con las mejores prácticas a medida que se desarrolla la información sobre COVID-19.

- Temor de que los trabajadores de primera línea transmitan COVID-19 a sus amigos y familiares como resultado de su trabajo.

Por último, ATE reitera al ministro de Salud su solicitud de contención para todos estos trabajadores/as y subraya que esa cartera cuenta con los recursos humanos necesarios para su implementación.