La comunidad educativa del Liceo Militar Manuel Belgrano volvió a la actividad este lunes, con un alto porcentaje de asistencia presencial, luego del ataque que perpetró un excadete de la institución en el que resultó asesinado el chofer de una combi y varios alumnos que eran trasladados hacia San Javier. 

Así lo sostuvo por LT9 el director del Liceo, Álvaro Cornejo Díaz, quien reconoció que no había previsto un protocolo para una situación como esta porque hasta el momento era algo "impensado" que ocurriese. 

"Trabajamos con la totalidad del equipo de gestión de nuestra institución. Nuestro Centro de Orientación Educativa, conformado por psicopedagogos y psicólogas, al igual que nuestros asesores, recibieron el apoyo de la Dirección de Salud Mental de la provincia. Vieron muy bien elaborada nuestra estrategia", aseguró el directivo. 

Y agregó: "Llegando al mediodía del lunes, tanto en forma presencial como virtual, presentamos a los padres y madres alternativas para que ellos pudieran decidir. Y esta mañana nos encontramos con un muy buen porcentaje de asistencia presencial, lo que nos dio cierta tranquilidad y esperanza de que esto prontamente su ritmo normal". 

Además, indicó que los alumnos que fueron "muy afectados" por el suceso y recordó que quienes necesiten mayor contención familiar podrán tomarse un tiempo para regresar a las aulas o recibir las tareas académicas de forma virtual.

El agresor

"Fue cadete del Liceo hasta el año pasado, cuando estaba cursando su sexto año. Tuvo un muy buen desempeño hasta el Cuarto año (se cursan seis años), tanto en lo académico tanto en su comportamiento. Se destacaba por sus notas, era sobresaliente hasta que llegó la pandemia", aseguró Álvaro Cornejo Diez, respecto al joven que ahora enfrenta cargos por homicidio, cuatro asesinatos en grado de tentativa y privación ilegítima de la libertad. 

El director dijo además que con la llegada del coronavirus y al virtualidad, constataron que no se conectaba a las clases: "Dijo en su momento que no tenía computadora ni celular en condiciones. En una acción muy noble de los excadetes del Liceo, que lo tenían becado al agresor, le hicieron llegar un celular y una PC nuevas en virtud a su desempeño.  Pero la negativa fue rotunda, ni siquiera trabajando con su madre en coordinación logramos que cumpla con sus obligaciones". 

"Después él fue un poco más allá. Intentó, a través de comunicaciones con sus compañeros, a rebelarse contra el sistema, incitando a no entregar trabajos. Hizo lo mismo con cadetes de otros cursos, esto empezó a evidenciar ciertos problemas disciplinarios. Lo que continuó luego con la vuelta a la presencialidad. Ya presentaba cuestiones agresivas ante sus veedores, instructores y docentes. En alguna oportunidad daño material del colegio. Y por una serie de faltas, es que se le cambió el régimen de interno, para pasar a uno seminternado. Y luego a la virtualidad", explicó.  

Pero el joven de 19 años nunca pudo adaptarse a ese modo educativo de virtualidad, por lo que perdió comunicación con las autoridades, docentes, y compañeros de la institución. "En esas condiciones el agresor quedó libre, se diluyó su último año. Y desde ahí no hubo más contacto. Nos contactamos con la madre porque su otro hijo, que es alumno de Quinto año", concluyó. 

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