El referente histórico del radicalismo santafesino, Luis “Changui” Cáceres visitó los estudios de LT9 y a través de una extensa entrevista compartió con los compañeros de "Entre mate y mate" su percepción sobre el gobierno de Javier Milei y el tratamiento de la Ley Ómnibus.

En primer lugar, en relación a la denominada "Ley de bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos", el dirigente radical comentó: "Mi posicionamiento es que habría que tirar todo a la basura y después sentarse a conversar punto por punto, ley por ley, con la participación de las comisiones". 

Asimismo, indicó que hasta el día de ayer, cuando se realizó la reunión de la Comisión Federal de la Convención Nacional de la UCR, se sentía intranquilo frente al posicionamiento del partido, "he visto desde el radicalismo una posición que aparecía difusa, lo que me llenaba de preocupación". Posteriormente, y en base a lo acordado en el encuentro del día viernes donde se mostraron en “contra de la forma y del fondo del proyecto”, Cáceres remarcó "es una posición que me tranquiliza bastante en la medida que los diputados y los senadores cuando llegue el momento de la votación se alineen a la posición que fija el máximo organismo del partido".

En continuidad con el posicionamiento de las y los legisladores radicales, el dirigente expuso que mantuvo una charla privada con el Diputado nacional por la UCR, Mario Barletta, de la que expuso "me decía que me tranquilice un poco, que había cosas que no iban a salir. Y yo le decía que había que tirarla para afuera, porque en momentos difíciles, como el que atraviesa el país, la gente se pone muy nerviosa y es necesario fijar posiciones".

Por otra parte y en vínculo a lo que él estima que puede ocurrir durante el gobierno de Javier Milei, el referente radical manifestó: "Tenemos un gran padecimiento por delante y para ser absolutamente franco yo creo que nos merecemos estos padecimientos, porque una sociedad que ha actuado como hemos actuado nosotros durante las últimas décadas no merece otra cosa que sufrir".

En suma con estas fuertes declaraciones, Cáceres señaló "un país como este, que tiene una potencialidad en lo material y en lo humano del carajo, que deberíamos estar realmente satisfaciendo sueños y deseos -si no de todos- casi de la inmensa mayoría de los argentinos, que estemos hechos mierda, como estamos hechos mierda es nuestra responsabilidad" sentenció. 

Particularmente, en lo que refiere a las políticas propuestas por el gobierno de la Libertad Avanza, el dirigente indicó: "El año pasado empecé a escuchar como solución mágica políticas que ya tenían polvo de tan viejas que eran" y agregó "se pronunciaban contra la casta y levantaban la bandera de la nueva política. Y la nueva política que decían, es la vieja política que nos hizo mierda como país".

En este sentido remarcó una diferencia significativa con respecto a épocas anteriores, cuando quienes estaban en el poder lo hacían mediante golpes de estado, "se afanaban el país y nuestras ilusiones, y nos metían en cana y nos cagaban a tiros, la diferenciación era más clara, porque vos tenías de un lado la represión y la dictadura, y del otro lado estaba el campo popular -con toda su heterogeneidad-", mientras que ahora "es más complicada la diferenciación, la posibilidad de unificar el campo popular porque éste ganó por elecciones lo votó la gente".

Y reafirmó "si vamos a comer mierda durante unos cuantos años nos merecemos comer mierda, porque la gente se va a ir despertando a medida de los padecimientos y de los sufrimientos" y añadió "es un camino que ya se transitó en otras épocas y cada vez que se transitó la película terminó mal".

Consultado por la ausencia de representación política de ciertos sectores de la clase media en la sociedad, Cáseres explicó "han tenido un proceso de desgaste, sin la posibilidad de expresar ese enojo, y gran parte de la clase media y de los sectores populares manifestaron su bronca votando como la mierda". En este punto reconoció además el rol de manipulación de los medios hegemónicos y de los periodistas mercenarios. 

Sin embargo, además de todas estas aristas, la posición de la UCR fue fundamental para la victoria de Javier Milei. Por esta situación el dirigente reconoció esa colaboración, pero diferenció dentro del partido el "voto duro" y el "voto blando" del radicalismo, "el voto duro, el que es radical, piensa como radical, actúa como radical, vive como radical, no lo votó"

Finalmente, interrogado sobre lo que su trayectoria política le permite dilucidar para los próximos meses, planteó "voy a ser terriblemente claro, porque no me queda ninguna duda, me preocupa mucho lo que puede llegar a pasar con este gobierno -de improvisados y de chapuceros- porque toman un camino que ya fue probado y que terminó mal en distintas oportunidades", aunque aclaró que no cree como opción posible la destitución y ratificó “yo quiero que este gobierno dure los cuatro años”.  

"Tal vez después de sufrir cuatro años esto, alguna vez recuperemos una cuota de racionalidad, de sensatez y podamos tener alguna propuesta que realmente nos contenga, que nos haga feliz de salir a trabajarla y que nos haga feliz de votarla" concluyó.