No importa cuánto se aleje del área, Lionel Messi es letal. Relegado unos metros más atrás para que el Barcelona juegue a su tempo, el rosarino se las sigue ingeniando para romper redes. Ya no nos sorprende, pero lo suyo es de otro planeta: tres años consecutivos como el máximo goleador de Europa. Sí, el mejor jugador del mundo ya tiene asegurado su sexto botín de oro. Bestial.
A diferencia de lo que venía sucediendo en los últimos años, su perseguidor inmediato no fue Cristiano Ronaldo. Revalidando su estatus de figura mundial, Kylian Mbappé lo intentó hasta el final pero no lo consiguió. Esta tarde, en la caída del PSG ante el Reims por 3-1, el delantero metió un gol que le permitió llegar a los 33 goles. Una cifra que no alcanzó para superar los 36 gritos de Lio.
A sus 31 años, mientras jóvenes como el francés buscan destronarlo, Messi todavía se las ingenia para liderar las estadísticas. Nos acostumbró a naturalizar lo imposible y eso solo lo hace más grande. Mañana podrá levantar otro título, pero lo más importante de esta temporada no será la Copa del Rey ni es el Botín de Oro, el objetivo es ganar la Copa América. Ya lo avisó, el crack lo seguiría intentando con la Selección Argentina.