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España, de luto por el final más triste: hallaron muerto a Julen en el pozo

Luego de casi 13 días de angustia, los rescatistas llegaron al cuerpo del niño de dos años que había caído a 72 metros de profundidad.
SÁBADO 26 DE ENERO DE 2019

Luego de casi 13 días de angustia, anoche finalmente los rescatistas hallaron y recuperaron el cuerpo sin vida de Julen Roselló, el niño de solo dos años caído en un pozo de 72 metros de profundidad en las afueras de Málaga. Los mineros del dispositivo de rescate localizaron anoche a las 1.25 hora de España el cuerpo de Julen, luego de una tarea realmente titánica para llegar hasta el niño. Este cayó el 13 de enero a un pozo en las afueras de Málaga a 72 metros de profundidad. Nunca, en todo este dramático período de angustia y organización del operativo de rescate, se tuvieron indicios de vida del niño. "Es la peor de las noticias posibles, mi más sentido pésame a esta familia", relataba anoche con la voz quebrada un cronista de la televisión española. Horas más temprano, y en un indicio de lo que ocurría, el padre del niño sufrió una descompostura y debió ser retirado del lugar.

El delegado del gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez de Celis, ha confirmado la información. "Desgraciadamente a la 1.25 horas de esta madrugada, los equipos de rescate han accedido al punto del pozo donde se buscaba a Julen y han localizado el cuerpo sin vida del pequeño. Se ha activado la comisión judicial. Mis condolencias y pésame a la familia", ha manifestado en Twitter.

Toda España siguió estos días y especialmente anoche, pese a lo avanzado de la hora, el operativo de rescate. Las últimas horas del rescate, ayer, se hicieron interminables por una sucesión de retrasos debidos a las dificilísimas condiciones que hallaban los mineros expertos en rescate. Debieron realizar, solo ayer, cuatro explosiones para abrirse paso por el túnel horizontal que excavaron a mano para conectar el pozo vertical de más de 60 metros por el que descendieron en un ascensor improvisado, con el punto del pozo en el que suponían se hallaba Julen. Trágicamente,los cálculos fueron perfectos, pero el niño estaba muerto, tal vez desde el mismo momento en que se desplomó 72 metros aquella tarde del 13 de enero, mientras sus padres preparaban una paella en una vivienda de fin de semana que estaba en obras.

   Los rescatistas mineros bajaron ayer a las cinco de la tarde para encarar la excavación final, que conectaría con el pozo en el que se encontraba Julen. Pero esta última fase del operativo fue, como las anteriores, muy difícil. Se han encontrado con una roca tan dura que han precisado de varias "microvoladuras" controladas, tarea que acometían especialistas de la Guardia Civil. Hoy se cumplen 13 días desde que el niño de solo 2 años cayó al pozo el pasado 13 de enero. El pozo, excavado por un pocero del lugar, tiene en total 110 metros de profundidad y apenas 23 centímetros de diámetro. Por esto se debió perforar un túnel paralelo mucho más amplio, por el que bajaban y subían los rescatistas. El rescate se acercaba dramáticamente al final al menos desde el lunes pasado, cuando parecía ya inminente, pero una y otra vez la dureza de las vetas de roca frenaban el avance de los rescatistas. Solo ayer, en la fase final del avance por el túnel horizontal fueron necesarias cuatro "microvoladuras" y entonces sí, se pudo llegar a Julen. En la galería improvisada, los mineros cavaban a mano y ponían puntales para evitar derrumbes. Tuvieron que hacer así 4 metros de longitud, a 72 metros de profundidad. Se eligió ese punto porque el pozo de 110 metros por el que cayó el niño se hallaba obstruido a esa profundidad. Se suponía que Julen se encontraba en ese punto, y así fue. Nunca se tuvo, en todas estas jornadas frenética de labor, alguna señal de vida del niño, lo que anticipaba un final luctuoso. Pero las esperanzas no se perdían, todos confiaban en un milagro, que no se pudo hacer realidad.

Durante la tarde, el padre de Julen debió ser atendido por personal sanitario, tras sufrir una crisis ansiedad.

La labor de los rescatistas mineros ha sido durísima. "Picar con martillo, limpiar y proceder a barrenar con taladro y barrena de 30/50 cm", ese fue el trabajo que realizaron sin descanso, en equipos de dos hombres cada uno. Volvían a picar después de que el grupo de explosivos de la Guardia Civil efectuara cada una de las microvoladuras para atravesar una veta de cuarcita, un mineral de extrema dureza, que impedía avanzar a los rescatadores. Incluso los rescatistas continuaron día tras día.

Fuente: La Capital



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