Luego de velar los restos del sacerdote en la parroquia, esta mañana, monseñor Sergio Fenoy celebró la misa de cuerpo presente, que además se transmitió a través del facebook parroquial, desde las 8.30.

Además el arzobispo realizó la bendición del cinerario parroquial, donde descansarán los restos del Padre Pablo.

Por cuestiones sanitarias, se había recomendado a la feligresía, seguir las celebraciones a través de las redes sociales y en caso de asistir de manera presencial, hacerlo guardando todos los recaudos en relación a la pandemia.

El padre Pablo Fuentes había nacido en 1941 en España y será recordado por la comunidad de Luján y toda la iglesia santafesina por su labor pastoral durante estos últimos años, como el promotor de muchas iniciativas relacionadas con su intensa labor pastoral, siempre orientada a los pobres y los afligidos. Durante todo estos años el sacerdote, no sólo realizó una importante tarea con los más necesitados, acompañándolos espiritualmente, sino que además creó "la heladera de María", una iniciativa que permitió a la comunidad llevar y dejar en ella comida, en condiciones de ser retirada por personas sin recursos.

Además fundó una casa para contener y tratar a personas con adicciones. Fue el promotor de crear en las parroquias una capilla de adoración perpetua, algo que se extendió a varias iglesias de la ciudad.

Además el padre Pablo fue muy conocido por sus "retiros de la caja negra", donde trabajaba el concepto de "Hogares sanos y apacibles”. Consideraba que ese tipo de retiros ayuda a las personas a descubrirse a si mismos, a conocerse más, a aceptarse y amarse tal cual cada uno es. En esos encuentros fuertemente introspectivos, el padre Pablo era el guía que ayudaba a sanar heridas y a motivar cambios en las personas para mejorar las relaciones interpersonales especialmente en la familia y en la comunidad, a la luz de Dios.

Desde hace un par de semanas, la salud del sacerdote se resintió, cuando se contagió Covid y sus enfermedades preexistentes hicieron que rápidamente su estado se deteriorara. Luego de pasar unos días aislado en la casa parroquial fue internado en el Hospital Cullen, donde permaneció con respirador en terapia intensiva. Tras una pequeña mejoría, su médico personal recomendó el traslado a un sanatorio privado, donde finalmente falleció este jueves a los 79 años.

El padre Pablo Fuentes será recordado como "un cura con olor a ovejas" y dejará a sus sucesores el difícil desafío de continuar su obra en la parroquia de Luján y extenderla al resto de la ciudad.