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La noticia que conmovió al tenis mundial en las últimas horas fue el anuncio del retiro de Serena Williams de las competiciones profesionales. En el número de septiembre de la revista Vogue, la norteamericana de 40 años informó que abandonará la práctica activa luego de que finalice el US Open que arrancará a fines de agosto: “Es lo más difícil que podría imaginar. No quiero que se acabe, pero al mismo tiempo estoy preparada para lo que viene”.
La oriunda de Michigan, que ganó 23 títulos individuales de Grand Slam, se prepara para colgar la raqueta y compartió las sensaciones que la rodean: “Tal vez la mejor palabra para describir lo que estoy haciendo es la evolución. Estoy aquí para decirles que estoy evolucionando lejos del tenis, hacia otras cosas que son importantes para mí. Hoy en día, si tengo que elegir entre construir mi tenis, mi currículum y construir mi familia, elijo lo segundo”.
Serena ostenta 7 títulos en el Abierto de Australia, 7 en Wimbledon, 3 en Roland Garros y 6 en el Abierto de Estados Unidos, que se iniciará a fines de agosto y culminará en septiembre. Esa será su última competición oficial: “Me he resistido a admitir que tengo que dejar de jugar al tenis. Es como un tema tabú. Sale a relucir y me pongo a llorar. Creo que la única persona con la que realmente he llegado a ese punto es mi terapeuta”. Si se impone en Nueva York, alcanzará la línea de trofeos de sus compatriotas Helen Wills y Chris Evert, que acumulan 7 estatuillas detrás de la noruega Molla Bjurstedt, máxima ganadora.
“Nunca me ha gustado la palabra jubilación. No me parece una palabra moderna. He pensado en esto como una transición, pero quiero ser sensible sobre cómo uso esa palabra, que significa algo muy específico e importante para una comunidad de personas. Quizá la mejor palabra para describir lo que estoy haciendo es evolución. Estoy aquí para decirles que estoy evolucionando lejos del tenis, hacia otras cosas que son importantes para mí”, ahondó sobre su retiro.
La tenista que supo liderar el ranking de la WTA por 319 semanas habló desde lo más profundo de su ser: “Créeme, nunca quise tener que elegir entre el tenis y una familia. No creo que sea justo. Si yo fuera un hombre, no estaría escribiendo esto porque estaría por ahí jugando y ganando mientras mi mujer está haciendo el trabajo físico de ampliar nuestra familia. Tal vez sería más un Tom Brady si tuviera esa oportunidad. No me malinterpreten: me encanta ser mujer, y me encantó cada segundo del embarazo de Olympia”.
En este momento, la menor de las hermanas Williams se encuentra disputando el Masters de Canadá en Toronto. En la jornada de ayer derrotó a la española Nuria Párrizas Díaz por 6-3 y 6-4 para acceder así a la segunda ronda del certamen: ahora aguarda por la triunfadora de la llave que enfrentará a la suiza Belinda Bencic y la checa Tereza Martincova. Sobre sus posibilidades en Flushing Meadows, mencionó: “Por desgracia, este año no estaba preparada para ganar Wimbledon. Y no sé si estaré lista para ganar Nueva York. Pero lo voy a intentar. Y los torneos previos serán divertidos. No estoy buscando un momento ceremonial y final dentro de la cancha. Soy terrible para las despedidas, la peor del mundo. Pero por favor, sepan que estoy más que agradecida por ustedes de lo que puedo expresar con palabras. Me han llevado a tantas victorias y tantos trofeos. Voy a echar de menos esa versión de mí, esa chica que jugaba al tenis. Y yo los voy a echar de menos a ustedes”.
“Voy a ser sincera. No hay felicidad en este tema para mí. Sé que no es lo habitual, pero siento un gran dolor. Es lo más duro que puedo imaginar. Lo odio. Odio tener que estar en esta encrucijada. Sigo diciéndome a mí mismo que ojalá me resultara fácil, pero no lo es. Estoy dividida: no quiero que se acabe, pero al mismo tiempo estoy preparada para lo que viene”, fue una de sus últimas sentencias.
Una conversación clave con Tiger Woods para volver a jugar
“Esta primavera me picó el bicho de volver a las pistas por primera vez en siete meses. Estuve hablando con Tiger Woods, que es un amigo, y le dije que necesitaba su consejo sobre mi carrera tenística. Le dije: ‘No sé qué hacer: Creo que lo he superado, pero quizá no lo haya superado’. Él es Tiger, ¡y se empeñó en que yo fuera una bestia igual que él! Me dijo: ‘Serena, ¿qué tal si te das dos semanas? No tienes que comprometerte a nada. Sólo tienes que salir a la cancha todos los días durante dos semanas y darlo todo y ver qué pasa’. Dije: ‘Muy bien, creo que puedo hacerlo’. Y no lo hice. Pero un mes después, lo intenté. Y se sintió mágico volver a agarrar una raqueta. Y estuvo bueno. Realmente bueno. Estuve pensando en jugar Wimbledon y el Abierto de EE.UU. después de eso. Como he dicho, todo esto de la evolución no ha sido fácil para mí”.