Rusia y Kazajistán se enfrentan a las peores inundaciones registradas en casi un siglo. La gran cantidad de agua de deshielo ha obligado a más de 120.000 personas a abandonar sus hogares en los Montes Urales rusos, Siberia y Kazajistán, al desbordarse los diques de grandes ríos como el Ural, que desemboca en el Caspio a través de Kazajistán.
Los vecinos han reforzado algunas presas improvisadas después de que se emitieran nuevas previsiones de aumento de lluvias torrenciales. Las inundaciones se habrían producido por la confluencia del deshielo primaveral precipitado unido a fuertes lluvias.
Los meteorólogos anuncian un empeoramiento de las riadas para este martes y el miércoles. Estos daños se unen a los producidos hace una semana que afectaron a 12.000 personas que fueron evacuadas.
Pueblos enteros siguen sin electricidad y con las carreteras bloqueadas a lo largo de cientos de kilómetros, los puentes se han derrumbado y más de 4.000 hogares están inundados.
El Ministerio de Defensa de Rusia envió unas 90 toneladas de ayuda humanitaria con alimentos agua y suministros médicos al aeródromo de Orsk, en la región de Oremburgo, una de las más afectadas.