Bajo un cielo despejado y en el marco de la 31ª edición de Agroactiva, Armstrong volvió a transformarse en el epicentro del campo argentino. Entre el olor a pasto recién cortado y el rugir de las cosechadoras (así como el murmullo constante de visitantes y empresarios), el lema de este año “Donde el campo levanta su bandera”, cobró vida con fuerza.

La feria agroindustrial más importante del país desplegó una edición récord: más de 900 expositores, cientos de máquinas alineadas en una superficie monumental, carpas temáticas, presentaciones en vivo y una impronta clara de orgullo productivo. Santa Fe, anfitriona natural del evento, tuvo un rol protagónico. Su presencia no fue solamente institucional, sino profundamente estratégica: desde líneas de financiamiento específicas hasta una fuerte apuesta a la internacionalización, pasando por gastronomía típica y la defensa de sus industrias.

El gobernador Maximiliano Pullaro inauguró la muestra con un discurso en que pidió el fin de las retenciones al campo y se opuso a la importación de maquinaria usada, en defensa de la industria nacional. 

El corazón de la feria no sólo estuvo en los stands, sino también en las rondas de negocios. En una carpa especialmente acondicionada, 115 empresas argentinas (la mayoría santafesinas) mantuvieron 318 reuniones con compradores internacionales de Europa y América Latina. La secretaria de Comercio Internacional, Georgina Losada, remarcó el valor de estos encuentros presenciales: "No es lo mismo enviar una muestra que recibir al comprador, que vea cómo se produce". Y eso se notó: empresarios, traductores y técnicos recorriendo juntos líneas de producción, mirando detalles de fabricación y abriendo puertas a futuras inversiones.

Agroactiva también dejó espacio para el cruce entre lo tradicional y lo tecnológico. Clara García, presidenta de la Cámara de Diputados provincial, fue una de las voces que expresó esta evolución: “La dicotomía campo-industria ya no existe. Hoy hablamos de agrobioindustria: metalmecánica, biotecnología, inteligencia artificial”. En los pasillos se respiraba esa transformación: drones sobrevolando lotes, pantallas que mostraban datos en tiempo real, y charlas sobre inteligencia artificial aplicada a la siembra.

Pero Agroactiva no fue solo negocios y política. En el Escenario 360, el ciclo Sabores de Santa Fe llevó a los visitantes a otro plano sensorial: productos regionales, cocina en vivo, recetas tradicionales que hablan de una tierra que produce no solo volumen, sino identidad.

Agroactiva 2025 fue más que una feria, fue un encuentro donde el campo no se presentó como una postal del pasado, sino como un actor central de la innovación argentina.