El ex embajador de Argentina ante la Santa Sede entre 2014 y 2015, Eduardo Valdes, se refirió esta mañana por LT9 a la polémica por la ceremonia religiosa en Luján, de la cual participaron dirigentes sindicales y sectores opositores al Gobierno de Mauricio Macri.
“Por qué la iglesia de Argentina no puede organizar o tomar el reclamo del movimiento obrero y hacer esta ceremonia, que fue intereligioso y ecuménica en Lujan” se preguntó Valdes en el comienzo del reportaje con Primera Mañana. Agregó que la estrategia de marketing del gobierno, impulsada por Duran Barba, fue que ante la multitud se buscó “moyanisar la marcha y demonizar al Papa”.
“Los pastores de Argentina llevan adelante ceremonias si tener que pedirle permiso al Papa. Que coincide el mensaje de esta Conferencia Episcopal, que está más alineada a las ideas del Papa, de los pastores con olor a oveja, existe. Pero querer demonizar el acto a que fue planificado para proteger a Hugo y Pablo Moyano, o que desde Roma maneja todas las teclas, no coincido”, indicó Valdes.
Si bien admitió que fueron “desafortunadas” las declaraciones de Pablo Moyano sobre el supuesto guiño del Papa Francisco para que se realice la misa en Lujan, el ex embajador en la Santa Sede aclaró que “era una acto que se venia organizando por diferentes sectores desde hace 2 meses desde la Corriente Sindical, que pedía retomar la agenda de Saul Ubaldini. Son consignas que se retoman porque peligra el trabajo, que es el ordenador familiar y social”.
“Por estrategia de Duran Barba, se plantean cosas más cortoplacistas. El Papa Francisco -desde que asumió- tiene una mirada desde los pobres y plantea su geopolítica. No hay dudas de eso. En Lujan estuvieron los sectores más humildes de la Argentina y sienten que sus vidas están en peligro”, añadió.
En otro tramo del reportaje con Primera Mañana, Valdes precisó que “pareciera que el Papa gobierna sólo para Argentina. A esta altura del partido, en 5 años está curtido que lo engrieten y lo pongan. Si somos inteligentes, la Iglesia puede ser un buen puente para dialogar. Que cada uno tome algo del otro, no que nos escuchemos y cada uno sigue en lo mismo”.
Consultado por el futuro tras la multitudinaria marcha, el ex embajador respondió que “espero que siga con la posibilidad del diálogo. Cuando volvía de Lujan pensaba en esto, no que se iba a demonizar el acto. Siento que hay una cuestión social compleja. Siento que la clase media es la que más bronca tiene. Guarda con la clase media que es la que más bronca tiene. Todavía estamos a tiempo. Dialoguemos para escucharnos y tomar ideas del otro, no solo dialogar para sacarnos una foto. Como buen francisquista, busco construir puentes y no muros”.