Por ahora, el viejo y abandonado edificio del Elefante Blanco seguirá en pie. El comienzo de la demolición, que había sido anunciado para pasado mañana, se postergó. Fuentes oficiales explicaron que hubo demoras en el trámite de licitación de la obra. Paralelamente, frena los trabajos la presencia junto a la estructura de hormigón de casillas que albergan a decenas de familias; según la Ciudad, son 40, pero para los vecinos suman más de un centenar.
A comienzos del mes pasado, el gobierno porteño confirmó que el Elefante Blanco, situado en un extremo de la villa Ciudad Oculta, quedaría reducido a una montaña de escombros mediante tareas de demolición manual que se extenderían por 280 días. La superficie liberada, según el plan oficial, será destinada a espacios de uso público.