Un colectivo de larga distancia que trasladaba personal policial desde localidades del norte provincial a la ciudad de Santa Fe, donde prestan servicios, sufrió la misteriosa rotura de una de sus ventanillas sin que causara lesiones a los ocupantes de la unidad.

Lo que en un primer momento se consideró un ataque con proyectiles o piedras ejecutado desde la banquina de la ruta por la que transitaba el coche, fue desmentido por fuentes del Ministerio de Seguridad santafesino que atribuyeron el hecho a un "probable defecto de fábrica de la ventanilla o una piedra que estaba en la calzada y fue impulsada al ser pisada por otro vehículo". Sin embargo, la declaración del chofer ante la policía puso en duda esa afirmación.

El hecho ocurrió poco antes de las 23 del viernes en el kilómetro 777 de la ruta nacional 11, en cercanías de la localidad de Malabrigo (departamento General Obligado) y a 450 kilómetros al norte de Rosario.

Por allí transitaba un micro de la empresa Laguna Paiva, contratada por el gobierno santafesino para el traslado de personal policial y penitenciario desde las localidades del norte provincial donde residen hasta sus puestos de trabajo, ya sea en Santa Fe o Rosario.

En plena noche

El micro había partido desde Reconquista a las 22 y tenía como destino la capital provincial, donde trabajan los policías que viajaban a bordo. Cuando sólo había recorrido 42 kilómetros por la ruta nacional 11, una ventanilla de la unidad estalló haciéndose añicos pero sin lastimar a ningún ocupante aunque cubrió de vidrios las butacas y el pasillo de la planta alta de la unidad.

En una primera instancia se pensó que se trató de un ataque perpetrado por desconocidos desde la banquina, pero ni en el lugar ni en el interior del micro se hallaron restos de piedras o proyectiles que podrían haber sido arrojados o disparados contra el colectivo, según confiaron fuentes oficiales.

No obstante, Maximiliano Exequiel Ojeda, de 30 años y conductor del micro, denunció en la seccional de Malabrigo que cuando circulaba en sentido norte-sur por la ruta escuchó "al menos dos estampidos y enseguida la explosión de una de las ventanillas del lado izquierdo", y dedujo que eran tiros.

Sin embargo la información oficial desmintió la versión del chofer y anoche se sostenía que "en los primeros peritajes realizados no se hallaron pruebas que indiquen esa hipótesis", por lo que se sostenía la posibilidad de una "falla en la ventanilla que se rompió por causas desconocidas o una piedra que alcanzó el cristal al ser pisada por otro vehículo y salir disparada hacia lo alto del micro".

Fuente: La Capital