El PAMI comenzó a aplicar un fuerte ajuste en su plantilla: eliminará 170 puestos de empleados de alto rango en los próximos días. Se trata de gerentes, directores y secretarios que fueron incorporados en la gestión de Carlos Ragazzoni. El promedio salarial de esos altos mandos es de $70.000 mensuales. Con el recorte, el director del organismo, Sergio Casinotti, buscará obtener un ahorro de $ 143 millones al año.
Según pudo saber este diario, las nueve secretarías que operaban bajo el mando de Ragazzoni se reducirán a cuatro. Y sólo tres contarán con un secretario a cargo (la restante la ocupará el Subdirector ejecutivo). En esas áreas el ex director del PAMI y candidato a concejal de Cambiemos por Almirante Brown, había incorporado a 250 personas en reemplazo de las que había designado el kirchnerismo.
“Todas las incorporaciones fueron acordadas con Gustavo Lopetegui”, aseguran fuentes cercanas a la gestión anterior. Según aseveran quienes acompañaron a Ragazzoni en el PAMI, por intermedio del coordinador económico de jefatura de Gabinete, a poco de asumir “se pidieron incorporaciones por favores políticos, personas que había que incorporar para cumplir con lo prometido con otras fuerzas políticas como el radicalismo, y también favores que se le debían a gobernadores”, agregan las fuentes.
Esta semana, fueron más de 100 los empleados que recibieron la confirmación de que no permanecerían en sus puestos. En total serán 170 los que se queden fuera. “Son cargos políticos, de ninguna manera estamos removiendo a trabajadores de carrera”, explicó a Clarín una alta fuente de la actual conducción del PAMI.
“Sólo van a quedar 80 cargos jerárquicos”, aseveró la fuente oficial. También confirmó que el promedio salarial de esos puestos es actualmente de unos $ 70.000, y concentran la mayor carga salarial de la plantilla total, compuesta por unos 14.000 trabajadores en todo el país.
Aunque Ragazzoni jamás lo confirmó públicamente, fuentes de la Casa Rosada afirman que en marzo le pidieron la renuncia por mantener “diferencias” con el trío “son yo” como los denominó el presidente Macri, que integran el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y los coordinadores Mario Quintana y Lopetegui. “Por negarse a aplicar un ajuste”, fue la respuesta que dieron entonces a Clarin. El recorte en los servicios de la obra social de los jubilados y pensionados que había aplicado Ragazzoni sabía a poco y por eso dieron de baja el acuerdo que había firmado en enero con laboratorios.
Casinotti llegó al PAMI con la consigna de reducir el déficit del organismo que asciende a $10 mil millones. Y su principal frente de batalla, según el mismo informó a gerentes y directores, sería achicar el nivel de robos en la entidad. Casualmente, en el entorno de Casinotti y en el de Ragazzoni coinciden en un punto: creen que hay mafias que se abastecen gracias a los fondos del PAMI. Una de ellas es la que permite la reventa de medicamentos.
Según cálculos de la actual gestión, el organismo pierde $ 120 millones por mes en medicamentos que nunca llegan a manos de los pacientes. “Se trata de remedios que la gente no retira, o bien porque cambio de tratamiento, o porque ya no los necesita, o porque el paciente falleció. Pero el PAMI igual los paga, y las farmacias no los devuelven a las droguerías para su destrucción”, explican en la conducción del organismo. Por eso, el acuerdo que se cerrará el jueves con empresarios del sector de medicamentos prevé la incorporación de la “trazabilidad inversa”, las certificaciones que demuestren que los medicamentos no retirados por pacientes son destruidos y por lo tanto el PAMI no los pagará.
“El problema es que esas mafias sólo se las puede erradicar con cantidad de personal calificado en áreas gerenciales que puedan tomar decisiones y que a la vez que estén bien pagas, para que no haya convivencia de delitos dentro de la entidad”, explican fuentes que trabajaron con Ragazzoni. Casinotti no piensa lo mismo: al llegar a la entidad, que tiene a cargo el quinto presupuesto más grande del Estado, de 120 mil millones de pesos al año, optó por recortar el 10% del salario de todos las áreas gerenciales.
Fuente: Clarin