River Plate se convirtió en semifinalista de la Copa Argentina porque en una ráfaga sobre el epílogo del primer tiempo marcó los dos goles que le dieron tranquilidad y en la segunda etapa terminó de darle forma al 4-1 definitivo ante Atlanta en el Estadio San Juan del Bicentenario.
El uruguayo Marcelo Saracchi e Ignacio Fernández aportaron los tantos que le empezaron a despejar el camino a los Millonarios, a quienes les había costado mucho quebrar el cero.
En el segundo período los otros goles de River los determinaron Gonzalo Martínez y Carlos Auzqui y el 1-3 para los Bohemios fue obra de Adrián Martínez.
El equipo de Marcelo Gallardo, que además ya está en las semifinales de la Copa Conmebol Libertadores, en le próxima ronda de esta competencia federal se medirá con el que surja de la llave que afrontarán el lunes próximo Deportivo Morón y Olimpo, en el Estadio Néstor Díaz Pérez, en Lanús.
En el primer episodio a Atlanta se lo vio bien parado, aunque sin tener la pelota, pero cubriendo los espacios para evitar que River jugara con comodidad.
En ese primer capítulo no hubo mucho contacto entre Nacho Fernández, Nacho Scocco y Gonzalo Martínez, por lo que el conjunto de Núñez fue bastante impreciso.
En el elenco bohemio se desctacó el trabajo del capitán y referente Nicolás Bianchi Arce como ordenador de la defensa.
La primera llegada se vio a los 36, cuando el uruguayo Nicolás De La Cruz habilitó a Nacho Fernández, pero en el duelo se impuso el arquero Rodrigo Lugo.
A los 41, un remate de Pity Martínez pasó por encima del travesaño.
A los 43, hubo un muy buena jugada de Scocco, quien de espalda a arco, pisó la pelota, giró y le cedió el balón a Saracchi, quien definió con seguridad y de un modo potencia y ascendente.
Ni bien movieron el balón, un pase corto hacia atrás de Atlanta permitió que Nacho Fernández lo capturara para escaparse y formalizar el 2-0 antes de irse al descanso.
Ya con el 2-0 en su favor River econtró la serenidad y los espacios y jugó todo lo que no había realizado en la primera mitad, sobre todo por el desempeño del Pity Martínez, quien fue la figura de la cancha.
La goleada fue lógica y dejó en claro la diferencia de jerarquía individual y colectiva que hay entre River y Atlanta, más allá de la dignidad, el orden y el esfuerzo que distinguió a los Bohemios.
Fuente: El Litoral