La ropa que usaba Santiago "Chano" Moreno Charpentier en la noche en que fue baleado por un policía en su casa del partido de Exaltación de la Cruz tenían pólvora, según determinó un peritaje ordenado por la justicia, lo que para la defensa del efectivo es prueba de que disparó ante un inminente ataque del músico, por lo que pedirá su sobreseimiento.
El informe de 11 páginas arrojó que en la campera marca Topman utilizada por "Chano" (40) había "presencia de residuos de disparo debido a la presencia de partículas características de GRS", es decir, rastros de plomo, antimonio y bario, tres elementos que se desprenden al efectuarse un disparo.
Entre las conclusiones de los peritos del Instituto de Investigación Criminal y Ciencias Forenses de la Procuración bonaerense figura que "a medida que la distancia entre el individuo muestreado y el punto de detonación es menor, la concentración de partículas características (plomo, antimonio y bario) respecto de las partículas ambientales se hace mayor".
"Es decir, que la cantidad relativa de partículas características de residuos GSR decrece con la distancia al punto de detonación del arma de fuego que origina tales residuos", afirmaron.
Esa conclusión fue considerada por el abogado Fernando Soto, defensor del policía Facundo Amendolara (27), como prueba de que al momento de efectuar el disparo el efectivo tenía al músico cerca y actuó en "legítima defensa".
El letrado indicó que de la pericia surge que el disparo se realizó desde una distancia de "entre los 50 y 70 centímetros", lo que interpreta como un signo de que el policía se defendió cuando iba a ser atacado por el músico, por lo que, adelantó, solicitará que Amendolara sea sobreseído.
"Con esto se acredita lo que dijimos respecto de la distancia (desde donde se disparó) y el peligro del cual se tuvo que defender Amendolara", añadió el defensor.
Y destacó además que el resultado de la pericia "coincide con la distancia que dijeron los testigos", que ubicaron al músico y al policía con una distancia de entre 1.50 y 2 metros entre sí.
"Esa distancia, restado el brazo y el cuerpo estirado del policía con el arma en la mano, deja un espacio total de entre 50 y 70 centímetros entre el cuerpo y la boca del cañón, que es desde donde sale el disparo", sostuvo.