Luego de las críticas que llegaron desde distintas organizaciones de Derechos Humanos, el teniente coronel retirado del Ejército y exfuncionario de Jorge Obeid y Carlos Reutemann, José Alberto Bernhardt, no asumirá al frente de la Dirección General del Servicio Penitenciario de la Provincia, tal como lo había designado Omar Perotti a través del decreto N° 798.
La noticia del nombramiento había trascendido en los últimos días de la semana pasada y rápidamente generó el repudo de organismos como el Foro contra la Impunidad y por la Justicia, H.I.J.O.S., y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Rosario.
Bernhardt ya había sido funcionario provincial en las gestiones como gobernador de Jorge Obeid y Carlos Reutemann, ocasión en la que los organismo de Derechos Humanos cuestionaron su participación en la estructura estatal. En aquél entonces designó como asesor a un suboficial mayor del Ejército, Nicolás “El Tío” Correa, luego procesado judicialmente por torturas y otros delitos de lesa humanidad, informó la agencia nacional de noticias Télam.
Si bien Bernhardt no tiene causas en su contra por delitos de lesa humanidad, sí es conocido que ocupó lugares dentro de la estructura de las Fuerzas Armadas durante la última dictadura cívico militar: según su legajo personal en el Ejército Argentino, que fue incluido en una causa judicial, entre 1976 y 1979 Bernhardt tuvo destinos en zonas fronterizas del país.
En febrero de 1982 fue enviado a la Escuela de Inteligencia perteneciente al Comando en Jefe del Ejército, y “entre 24 oficiales elegidos de todo el país obtiene el puesto 8 en el orden de mérito, con calificaciones cercanas a los cien puntos”, según el documento. Tras finalizar el curso, fue promovido a capitán e ingresó al Batallón de Inteligencia 601 del Ejército, donde estuvo hasta 1983.
El área de Inteligencia del Ejército “concentraba y clasificaba toda la información que provenía desde los distintos puntos del país, verdadera ‘elite’ en la conducción de la llamada ‘lucha antisubversiva’, y cuya pertenencia era considerada un premio a quienes hubieren realizado eficientes labores previas”, señalaron organismo de Derechos Humanos en una nota de 2006 enviada al entonces ministro de Gobierno santafesino, Roberto Rosúa, en la que reclamaban su apartamiento de la Secretaría de Seguridad.
En diálogo con LT9, Hugo Kofman, del Foro contra la Impunidad y por la Justicia, dijo que hubo un mensaje generalizado de organizaciones de Derechos Humanos de todo el país y que los funcionarios sabían que iba a haber marchas y actos de repudio a la designación de Bernhardt
“Creo que los funcionarios sabían que no nos íbamos a quedar con la denuncia. Esto es gravísimo. Tan grave como el 2x1. Lo que podía llegar a ocurrir eran marchas y actos en repudio de este nombramiento”,sostuvo Kofman en Primera Mañana.
El referentes del organismo de lucha por los derechos humano admitió que Bernhardt nunca fue identificado por los sobrevivientes de la dictadura por la comisión de algún delito, aunque su participación del Batallón 601, no es un buen antecedente.
“Nunca aportó ningún testimonio para que avancen la investigaciones ni repudió el terrorismo de Estado. La pregunta es para qué lo nombraron. Es una repuesta que deberían dar desde el Gobierno, porque en materia de seguridad se adoptan medidas que son preocupantes”, concluyó Kofman.
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