A mi me encanta la pesca, pesco mucho en Jujuy y cuando llegué al mar soñaba con salir a pescar en ese kayak, pero pensé 'tiro el ancla a unos 20 metros de la costa y veo que saco', ni me di cuenta que el mar me estaba llevando para adentro y cuando quise acordar ya se había llevado el ancla, se había llevado todo".
Franca y provinciana, la voz de Marcos Tabarcachi, policía jujeño de vacaciones con su familia en San Clemente del Tuyú, suena tranquila, aunque todavía azorado por la increíble aventura que le tocó vivir en el mar, tres días a la deriva y salvándose de milagro.
"Era mi sueño meterme con ese kayak al mar, me metí por Punta Rasa, donde me dijeron que no había tantas olas, que era tranquilo, entré facil unos 30 o 40 metros, tire el ancla y todo estaba bien, jamás pensé que me iba a pasar una cosa así... Cuando quise acordar ya no podía volver, el mar se llevó el ancla, se llevó todo, remé hasta la noche pero las olas me llevaron, hasta que me encontré solo y perdido, ahí en el medio del mar, de la noche, con olas de dos o tres metros...", señaló el joven policía jujeño, que puede contarla por su excelente condición física, factor clave que le permitió resistir condiciones extremas, al punto que no tomó ni una gota de agua en tres días.
"Las noches fueron de un frío tremendo, yo había salido con pantalón corto y remerita, no llevaba nada, ni para tomar, que iba a llevar si pensaba que en una hora estaba de vuelta, iba a 20 metros de la costa", agregó el joven, señalando que "me parecía una película, me acordaba de las películas que había visto (la mención de Náufrago, con Tom Hanks sonaba inevitable), era todo igual, estaba solo, sin nada, en medio del mar... No podía creerlo".
La que dio el aviso de la desaparición de Marcos fue su esposa Carla, que esperó en Punta Rasa hasta que cayó la noche y viendo que su marido no aparecía alertó a las autoridades y así entró la Prefectura Naval en el tema, que en primera instancia envió un helicóptero a la zona donde Marcos había entrado al mar, pero no logró verlo. Esa circunstancia fue dramática para el kayakista perdido, porque escuchó al helicóptero y hasta pudo verlo, pero no pudo conseguir que lo vieran y así la máquina regresó a la base sin resultados. En los dos días siguientes la búsqueda fue con ese mismo helicóptero, se sumó un avión para que el rastrillaje fuera más amplio, y por mar el barrido quedó a cargo de los guardacostas "Bahía Blanca" y "Lago Mascardi", además de unos cuantos botes semirrígidos.
Hasta que este martes a las 14 el avión pudo finalmente divisarlo a 18 kilómetros de la costa y un rato más tarde Prefectura lo recogió, en un operativo que el propio titular de esa fuerza en la zona de General Lavalle, Omar Stehr, consideró como un milagro. "La propia gente de Prefectura me dijo que encontrarme era buscar una aguja en un pajar, bueno ellos encontraron la aguja... Les estaré agradecido de por vida, no sé como decirles gracias, me dieron una segunda oportunidad...", dijo Marcos, contando que el peor recuerdo de tan dramática experiencia, lo marcará para siempre, fue la sed: "Yo sabía que no hay que tomar agua de mar, que hace mal, sé algo de supervivencia y trataba de no desesperarme, pero la sed fue terrible...Tenía tanta sed que estaba sentado y no podía dormirme, pero cuando me dormía por un momento, me venía de inmediato el sueño de que alguien me daba agua o un jugo..."
Y el otro momento en que estuvo muy cerca de la muerte fue el segundo día de su deriva, cuando una ola le dio vuelta el kayak: "Me guiaba por el sol, y remaba de la mañana a la noche, llegué incluso a ver la costa, pero no podía llegar y el mar me volvía a llevar hacia adentro, pero el segundo día cuando estaba remando, me sorprendió una ola enorme, me descuidé un momento y me dio vuelta el kayak... Pensé que si se me perdían el kayak y el remo estaba perdido, me defiendo nadando y nadé primero hacia el remo y después pude llegar al Kayak, pero hice como diez intentos para darlo vuelta y no pude. Por suerte pude subirme aunque estuviera dado vuelta, eso me salvó la vida... Si quedaba en el agua no hubiera podido resistir mucho más, porque tenía un chalequito, pero me hundía igual...", agregó.
Quemado por el sol "pero bien", Marcos permanecía este martes internado pero al solo efecto de hidratarlo: "Estoy bien, cansado pero bien, me pusieron suero solamente porque estoy deshidratado... Me llamaron del gobierno de Jujuy, hasta el jefe de Policía, todos ofreciéndome lo que necesite, estoy muy agradecido a todos... Fue un error mío pensar que podía meterme ahí sin problemas,les pido disculpas, mirá el lío que armé...", cerró con una sonrisa. El suyo fue, sin duda, el milagro del verano en la costa. Y tal como en la película de Hanks, el final fue feliz.(Perfil)