La presidenta del Consejo y representante de Suiza en la ONU, Pascale Baeriswyl, ha explicado ante los medios que los miembros del organismo encargado de mantener la paz y seguridad en el mundo han expresado su "profunda preocupación por los ataques contra varias posiciones de la FINUL en los últimos días" en el "contexto de las hostilidades en curso a lo largo de la Línea Azul". Tras reunirse, han recordado que el personal de mantenimiento de paz y las instalaciones de la ONU "nunca deben ser objeto de un ataque", han subrayado el papel de la misión en el apoyo a la estabilidad regional y han exhortado a las partes a que respeten el Derecho Internacional Humanitario, exigiendo la plena aplicación de la resolución 1701.
Asimismo, han expresado su "profunda preocupación por las víctimas y el sufrimiento de civiles, la destrucción de la infraestructura civil y el creciente número de desplazados internos", y han destacado la "necesidad de realizar esfuerzos diplomáticos que permitan poner fin de manera duradera al conflicto y permitir que los civiles de ambos lados de la Línea Azul regresen sanos y salvos a sus hogares".
Por su parte, el jefe de las operaciones de paz de Naciones Unidas, Jean-Pierre Lacroix, ha aplaudido la "expresión unánime de apoyo" de los miembros del Consejo respecto de la FINUL. "Por supuesto que es muy alentador", ha declarado en una rueda de prensa en la que ha recordado que "este apoyo y unidad son absolutamente críticos".
"He reiterado hoy que la FINUL actualmente permanece en todas sus posiciones según su mandato. Estamos en contacto constante con todas las partes. También he recordado a las partes que están obligadas a respetar la seguridad y protección de las fuerzas de paz de la ONU de conformidad con las leyes internacionales", ha resumido a través de su perfil en la red social X.
La FINUL, establecida en 1978, está integrada por unos 10.500 soldados de unos 50 países, de los que unos 650 son españoles, que velan por el alto el fuego en la frontera, recuerda hoy la agencia Europa Press.
El Ejército israelí lanzó el 1 de octubre una nueva invasión en Líbano, operación que define como "selectiva y limitada" contra "objetivos terroristas e infraestructuras" de Hezbolá, y ha exigido la retirada de la misión internacional alegando que están siendo utilizados como "escudos humanos".