A pesar de los intentos por contener las llamas, los incendios que vienen azotando California desde el día martes 7 de enero, ya suman un total de 24 víctimas y gran número de hogares, negocios e infraestructura. Esto llevó a que las autoridades locales declararan una "emergencia sanitaria" debido a la mala calidad del aire, producto de las cenizas y el humo.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) alertó que los incendios continuarán en aumento hasta el miércoles 15 de enero, con vientos sostenidos de 80 kilómetros por hora.
A la par de los bomberos, un equipo de expertos trabaja para encontrar las causas de los incendios más relevantes: el Palisades fire y el Eaton fire. En el primer siniestro se descartaron causas naturales como rayos, debido a la ausencia de tormentas en la región. Tampoco se encontraron líneas eléctricas o transformadores cercanos al área. La hipótesis principal apunta a la intervención humana, no necesariamente intencional.
Por otro lado, el incendio de Eaton muestra un panorama distinto por la presencia de líneas de transmisión de alta tensión en la zona.
A pesar de que se logró contener parcialmente algunos de los incendios más grandes, las llamas continúan representando un peligro significativo no solo para las comunidades afectadas, sino también para la infraestructura energética de la región. Por esta razón, las comunidades latinas de Los Ángeles, para ayudar a aquellos que perdieron sus hogares, decidieron organizar una recolección de donaciones, entregando alimentos y brindando recursos esenciales a la ciudadanía afectada.
Hasta el momento, el incendio en Pacific Palisades quemó más de 9.500 hectáreas y el incendio en Eaton acabó con cerca de 5.600 hectáreas, según informó el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California.