El gobierno argentino trabaja en un proyecto que pretende reformar del Código Penal. Según argumentaron desde el oficialismo, la iniciativa tiene como objetivo de endurecer las penas y modificar ciertas figuras legales.
Una de las principales propuestas es eliminar la figura del "femicidio" como agravante en casos de homicidio por razones de género, debido a que consideran que al incluirla como una agravante en los homicidios, se está dando un tratamiento diferente a los crímenes según el género de la víctima, lo que podría interpretarse como un "privilegio".
En este sentido el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, señaló que la medida busca garantizar la igualdad ante la ley, bajo el argumento de que "ninguna vida vale más que otra".
Pese a estas declaraciones, los datos muestran un escenario crítico -y en aumento- de violencia hacia las mujeres y disidencias que el Gobierno pretende invisibilizar. Solo durante el mes de enero se registraron 28 femicidios, lo que equivale a una mujer asesinada por violencia de género cada 26 horas. Estos crímenes dejaron sin madre a 27 hijos e hijas, de los cuales la mitad son menores de 18 años.
En la mayoría de los casos, el agresor es la pareja o expareja de la víctima. De los femicidios ocurridos, el 60% de los agresores tienen esta relación con las víctimas, y más del 70% de los crímenes suceden dentro del hogar de la víctima o en una vivienda compartida con el agresor.
Lejos de estar en una situación de privilegio este escenario refleja la gravedad y persistencia de la violencia machista, y evidencia, contrariamente a lo propuesto por LLA, la urgente necesidad de medidas más efectivas de prevención.
La figura del femicidio se incorporó al Código Penal argentino en noviembre del 2012, a través de una reforma legislativa que la introdujo como un tipo penal autónomo y busca ofrecer una respuesta jurídica específica a los crímenes cometidos contra mujeres por razones de género.
¿Qué establece la figura del femicidio?
Homicidio agravado: El femicidio se considera un tipo de homicidio agravado, por el hecho de que se comete debido a la condición de mujer de la víctima. Esto significa que el asesinato de una mujer por su pareja, expareja o cualquier otra persona debido a su género tiene una pena más grave que el homicidio común.
Condiciones de violencia de género: La ley contempla que un homicidio es considerado femicidio cuando la víctima es asesinada en el marco de una relación de poder desigual o cuando fue víctima de violencia doméstica o de género previa al asesinato. Esto incluye, entre otras cosas, situaciones de abuso psicológico, físico o sexual por parte de la pareja o expareja.
Protección especial: El femicidio reconoce que la violencia de género es un fenómeno estructural y social. Esto busca hacer frente a la histórica invisibilización de los crímenes de género.
Relevancia del contexto de género: Esta figura tiene como propósito visibilizar que los femicidios no son simples asesinatos aislados, sino que son el resultado de una cultura de desigualdad y discriminación hacia las mujeres. La ley resalta el contexto de género como un factor clave en estos crímenes, debido a que considera que muchas mujeres son asesinadas no solo por conflictos personales, sino por su condición de mujeres en una sociedad patriarcal.
En resumen, la figura del femicidio en el Código Penal argentino busca ofrecer una respuesta jurídica específica a los crímenes cometidos contra mujeres por razones de género, y tiene como objetivo la protección de los derechos humanos de las mujeres en el contexto de una lucha más amplia contra la violencia de género.
Lamentablemente las estadísticas ponen en evidencia que, de manera contraria al discurso que intenta instalar el Ejecutivo, la violencia hacia las mujeres sigue en aumento y en este punto, los discursos de odio tienen un impacto directo en la normalización de la violencia.