El odontólogo Ricardo Barreda, condenado por matar a escopetazos a su mujer, sus dos hijas y su suegra hace casi 25 años en la ciudad de La Plata, fue trasladado hoy a una pensión ubicada en la localidad bonaerense de General Pacheco, luego de permanecer durante más de un año en un hospital, en Tigre.
El hombre de 80 años, quien fue condenado a reclusión perpetua y cuya pena la Justicia declaró extinguida en mayo de 2016, vivía en una habitación del hospital Magdalena Villegas de Martínez, en la localidad de General Pacheco, en la zona norte del Conurbano bonaerense.
El director del hospital Magdalena V. de Martínez, Hugo Gass, se refirió a la situación del odontólogo y dijo: "Él tendría que haber estado en la institución que le corresponde por su edad y por su situación de la seguridad social".
"Este es un hospital de agudos, de emergencias y las camas son exiguas. Era injusto que estuviera ocupando una cama en el hospital cuando nosotros la necesitamos para gente enferma", indicó.
Aseguró que Barreda "clínicamente está bien", le fue dado el alta hace 457 días y el PAMI le otorgó un beneficio para que solvente los gastos.
Explicó que el odontólogo permaneció todo este tiempo en una sala común y que este martes se llevó todas sus pertenencias.
Barreda había llegado al hospital por un problema en la próstata y con dolor en los huesos, pero tras recibir el alta médica decidió permanecer allí.
"Yo creo que en este momento no está para un neupsiquiátrico. Si bien tiene alteraciones en la conducta, es capaz de manejar el medio que lo rodea, él tiene claro lo que quiere, y logró adhesión de parte de la comunidad del hospital", aseguró Gass.
Mencionó que durante su estadía en el hospital, el odontólogo "salía a comer afuera, la mitad del personal tenía relación con él y la otra mitad lo denunciaba".
Barreda había sido condenado a reclusión perpetua como autor de los delitos de homicidio calificado por el vínculo (la esposa y las dos hijas) y homicidio simple (la suegra), todos ellos en concurso real, cometidos el 15 de noviembre de 1992 en La Plata.
Fuente: La Capital