La turbulencia cambiaria la consideramos superada", señaló el mandatario en una conferencia de prensa realizada en la Quinta de Olivos.
"Lo que pasó en estas semanas es que el mundo ha decidido que la velocidad con que nos habíamos comprometido a reducir el déficit fiscal no es suficiente en términos de garantizar que vamos a hacerlo con la seriedad y la profundidad que se necesita. Por eso tenemos que acelerar", añadió.
El peso arrastra una caída del 15,44% en mayo, lo que llevó al BCRA a subir las tasas al 40% para sostener el valor de la moneda.
"Hubo problemas de coordinación entre el gabinete económico y el Banco Central" en referencia al 28 de diciembre y aclaró que en esta oportunidad se trabajó coordinadamente. Es más, ratificó al equipo económico y los respaldo al decir "pero es mi responsabilidad porque soy el Presidente" dando a entender que en última instancia las decisiones que se tomaron fueron con su consentimiento.
Dando a entender que esta situación no se repetirá; que "el mundo ha decidido que la velocidad con la que nos habíamos comprometido a reducir el déficit fiscal no era suficiente"; aceptando que el gradualismo no funcionó y la decepción de ciertos sectores de la sociedad con el Gobierno; el jefe de Estado, señaló que "pusimos metas demasiado optimistas y no dijimos el diagnóstico".
En otro tramo de la conferencia reconoció que el país crecerá menos "también por el efecto de la sequía" y que seguramente "habrá más inflación" pero evitó indicar cifras.
Respecto al proyecto del Congreso sobre las tarifas volvió a garantizar que lo vetará y apeló a la responsabilidad de los legisladores. Remarcó que "es una mentira que estas tarifas son carísimas (...) Estamos consumiendo 70% más de gas que los uruguayos. Si comparamos Neuquén o Santa Cruz es cuatro o cinco veces más".