Los jefes de la Unión Industrial Argentina (UIA) visitarán la Casa Rosada después de protagonizar, durante varios días, una serie de cruces con el Gobierno. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Producción, Francisco Cabrera, recibirán al mediodía al titular de la entidad, Miguel Acevedo, y los vicepresidentes Luis Betnaza (representante de Techint) y Daniel Funes de Rioja (por la Copal, la entidad que agrupa a las alimenticias).
La intención es iniciar un diálogo de entendimiento para mejorar la relación que se deterioró tras la reunión de la Junta Directiva de la UIA del 27 de febrero, donde se trataron temas como el aumento de los costos de financiación, la suba de tarifas y el peligro que significa para la industria nacional la importación de tomates al natural en latas (que entre el 2016 al 2017 pasaron de unas 50.000 a más de 29.000.000). Este fue el disparador de una sucesión de intercambios entre el Gobierno y la UIA que ahora, desde ambos bandos, se busca frenar.
Entre las principales demandas de los industriales figuran el control de importaciones, el blanqueo laboral, la reducción de Ingresos Brutos y la baja de tasas de interés para las Pymes. Esta última es tal vez una de las mayores preocupaciones. Lo curioso es que quienes acompañarán a Acevedo pasan por situaciones diferentes con respecto al nivel de actividad de sus compañías. Funes de Rioja forma parte de los directivos de la industria alimenticia que en los últimos días han presentado sus quejas al Gobierno por el aumento de las importaciones de tomates al natural en latas que afecta al Grupo Arcor. Las empresas nucleadas en la Copal están expuestas a la crisis de competitividad en el sector alimenticio. Por otra parte, Betnaza es el directivo de una de las empresas más beneficiadas por el boom de la construcción y la industria automotriz debido al aumento de la demanda de acero y el efecto Vaca Muerta. En el caso de Techint, hay gran preocupación por la amenaza del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de cerrar las fronteras al acero y el aluminio, lo que pone un punto de tensión debido a la falta de reacción del gobierno argentino.