En diálogo con La Pulpo por LT9, el exjefe de Gabienete del primer período presidencial de Cristina Fernández de Kirchner, recordó el período de negociaciones con las patronales rurales que surgieron a raíz de la Resolución 125 que buscaba imponer un nuevo sistema de retenciones móviles a la exportación de soja, trigo, maíz y girasol. 

La resolución ministerial se dio a conocer el 11 de marzo de 2008 y estuvo a cargo del entonces ministro de Economía Martín Lousteau. Pero al día siguiente,  las cuatro asociaciones de empresarios agropecuarios: la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Federación Agraria Argentina (FAA), las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y CONINAGRO anunciaron un paro de 48 que se terminó dilatando por 129 días, es decir, desde el 11 de marzo hasta el 18 de julio y que por momentos puso en peligro la continuidad democrática e institucional de la Argentina.

"La negociación se fue complicado día a día de los dos lados. La locura no era solo del gobierno, también de las entidades del campo, como en el gobierno, en el campo también había voces altisonantes, voces desestabilizantes como la de Biolcatti", recordó al respecto Alberto Fernández. Aunque reconoció que "asimismo, hubo gente muy valiosa que trató de buscar salidas con el diálogo, como Eduardo Buzzi o Luciano Mugens de la Sociedad Rural que pusieron todo su empeño para encontrar una solución acordada".

Y que también "hubo voces necias, duras que no querían escuchar, que querían volver todo a foja cero y del lado del gobierno pasó lo mismo".

Sobre los detalles de la gestación de la medida, el exfuncionario kirchnerista relató que "Queríamos garantizarnos el superávit y por eso creamos la Resolución 25. Al proyecto lo redactó Guillermo Moreno y le pedimos una alternativa a Martín Lousteau, él redactó la ley de retenciones móviles. Yo no participe en la confección de la norma pero cuando la revisé me percate que había un par de errores técnicos".

Luego, Fernández hizo foco en la politización de la protesta de las patronales rurales y del uso político que hizo la oposición al gobierno de Cristina Kirchner. "En algún momento las entidades del campo, sorpresivamente, se vieron amparadas por toda la oposición. Una oposición absolutamente diluida, sin rumbo, sin destino, iban a los Tribunales a hacer denuncias porque no conocían otra forma de hacer política y de repente apareció la opción de prenderse de las polleras del sector del campo porque era la única forma que tenían de aglutinar gente.

"Lo malo es que allí comenzó un tiempo de división entre los argentinos , donde empezamos a pararnos de un lado y del otro de la grieta, y desde entonces lo único que hacemos es tirarnos piedras. Esto empezó con Cristina, pero lamento muchísimo que Macri lo haya profundizado porque el Presidente cuenta con un poder adicional que son los grandes medios nacionales de comunicación que se han puesto a su servicio y como él profundizan esa grieta todos los días", afirmó.