Leonidas Bonaveri dejará la presidencia de la LIga Santafesina de Fútbol y el actual presidente de Cosmos F.C. Leandro Birollo se hará cargo de la presidencia del ente rector del fútbol santafesino hasta que en el mes de marzo se llame a elecciones para elegir el sucesor de Bonaveri.
Un detalle que no es menor radica en que la vicepresidencia de la Liga Santafesina está libre tras el fallecimiento de Alberto Garau en abril pasado, y los pasos que se deben cumplimentar estatutariamente son: Bonaveri designa vicepresidente a Birollo, y pide licencia. Al suceder ello, Birollo, como vicepresidente asume la presidencia hasta marzo que se convoque a la asamblea extraordinaria para la elección de autoridades.
La carta de despedida de Leonidas Bonaveri
Salgo yo profe.
No cuelgo los botines, solo salgo un rato. Como en la cancha, el equipo es más importante que las individualidades. Necesitamos uno que entre fresco. Hace un poco más de dos años, cuando salíamos de la pandemia, me convocaron para sumarme a trabajar para nuestra Liga. Dirigentes históricos con los que tenía relación personal, amigos de la vida vinculados a los clubes de nuestro entorno me pidieron que me acerque para trabajar juntos y hacer crecer a la Liga.
¿Cómo podía darles la espalda? Si siempre quise hacer cosas para movilizar a mi ciudad y me va la vida emprendiendo proyectos para mi querida Santa Fe. Si formé parte de la Liga desde que tengo uso de razón, porque mi casa siempre fue un hogar futbolero, con mi viejo y mi hermano conocí el amor por este juego, el más lindo de todos.
La vida y el fútbol me pusieron en este lugar de protagonismo que hoy dejo. En marzo del 22, los dirigentes de los clubes nos eligieron para conducir los destinos de ja Liga. Con Alberto Garau de ladero y acompañado por un gran equipo de trabajo conformamos la Mesa Directiva, intentando plasmar todos los proyectos que imaginamos para el crecimiento institucional de la Casa Madre.
Nos encontramos con más de un escollo antes de empezar a desarrollar las propuestas con la que asumimos, nuestra plataforma de Gobierno. Sin embargo, alternando buenos y malos momentos, hemos tenido la fuerza y el coraje necesario para afrontar el desafío de erradicar la violencia del entorno formativo de nuestro fútbol. Imaginamos más futuros que presentes, con la convicción de que la nuestra es una Liga tremendamente competitiva, pero por sobre todo, un espacio de formación de grandes jugadores y buenas personas.
Abrimos las puertas y fuimos perceptivos de todas las voces. La de los que compiten con fervor, la de aquellos que pretenden integrar, la voz de los que nunca fueron escuchados, la de los que reclaman por mano dura y las quejas por lo que consideran injusticias. Como nos pasa en la sociedad, nos vimos en reiteradas oportunidades en la disyuntiva de tomar decisiones que algunos sectores cuestionaron. Asumimos el costo, sin dejar de insistir en la participación de nuestros clubes en los espacios democráticos. Esa es la tarea del presidente y la Mesa Directiva.
Un costo que puede ser evaluado con escepticismo para el que no conoce la dinámica de nuestra institución. Pero que, créanme, insume gran cantidades de tiempo y demanda atención plena. Porque hasta se nos fue la vida de Alberto laburando con y para la Liga. Porque uno resigna horas con la familia o el trabajo para abocarse a la difícil tarea de intentar convencer a todos, cosa que difícilmente se consigue. Porque además te expone ante tus amigos de la vida y del fútbol, aquellos con los que alguna vez compartí equipo y hoy representan como entrenadores o dirigentes a una de las instituciones de la Liga.
A la luz de los hechos, que a continuación resumimos, dejo el cargo de Presidente de la Liga, con la satisfacción de haber dado lo mejor de mi, eso que no se si es virtud o defecto, pero que me trajo hasta acá: la capacidad de emprender cambios y la voluntad de hacerme cargo. No tenía obligación, lo hice porque consideré que podía aportar mi grano de arena.
Dejo la Liga ordenada, con unos cuantos proyectos cumplidos y otros en pleno desarrollo. Dejo el cargo de Presidente para no desgastar mi relación con el fútbol y su entorno. Mi entorno. El que conocí a los 10 años en infantiles y sigo compartiendo a los 43 con la Senior. No reniego de la herencia recibida, pero si miro para atrás, creo que todos crecimos. Será la hora de acompañar a quien nos reemplace. Le deseo el mayor de los éxitos.
Fueron meses intensos, en más de una oportunidad tuve la sensación de no estar en condiciones de seguir. Cuando vi cerrar sus ojos a mi amigo Alberto en aquella noche tan especial y fatídica del fútbol santafesino, apreté los dientes y le juré que iba a dejar su Liga, lo más alto posible. Que por más que se me hiciera pesada la mochila de la violencia, de las quejas y de la indiferencia de unos pocos, no iba a dejar de trepar la cancha hasta desbordar al último defensor. El jueves a la noche, en la final del campeonato que denominamos con su nombre, hicimos el gol que merecía Alberto.
Ver la familia de la Liga reunida en esa fiesta, justificó todos los esfuerzos. NO ES FÁCIL , pero cuando se juega con el corazón y por el equipo se pueden lograr muchas cosas !. Me voy lleno de fútbol y el corazón lleno de haber aportado mi granito de arena para nuestra querida liga.