El primer G-20 presidido por un país sudamericano arranca este lunes en Buenos Aires con un grupo de países emergentes que está apostando por abrirse más mientras contempla con inquietud la guerra comercial que se abre entre las grandes potencias del primer mundo, especialmente entre EE.UU y la Unión Europea. La primera reunión de ministros de Economía y gobernadores de bancos centrales que prepara la gran cumbre de líderes de noviembre se realizará con esa gran sombra del proteccionismo de Donald Trump que está provocando la reacción de Unión Europea.
La agenda está llena de temas de fondo, como el futuro del empleo frente al aumento de la robotización, o los proyectos para cerrar la brecha global de infraestructuras. Pero la guerra comercial está tan presente en el ambiente previo a la cumbre de Buenos Aires, que como es habitual en el G-20 será a puerta cerrada, que parece imposible que la batalla entre EEUU, los grandes países europeos y China, ahora gran defensor del libre comercio, no domine las dos jornadas.