El expresidente brasileño, el derechista Jair Bolsonaro, estaba plenamente consciente y participó activamente en un plan golpista para permanecer en el cargo luego de su derrota en las elecciones de 2022, concluyó un informe de la Policía Federal de Brasil dado a conocer el martes.
La fuerza de seguridad nacional acusó formalmente el jueves a Bolsonaro y a otras 36 personas de un intento de golpe de Estado. Enviaron su informe de 884 páginas al Supremo Tribunal Federal (STF), el cual lo desclasificó.
El documento ofrece un primer vistazo a varios testimonios que describen al expresidente Bolsonaro como uno de los principales líderes del complot, y no un simple observador.
“La evidencia recopilada a lo largo de la investigación muestra inequívocamente que el entonces presidente Jair Messias Bolsonaro planeó, actuó y estaba directa y efectivamente consciente de las acciones de la organización criminal que buscaba llevar a cabo un golpe de Estado y eliminar el estado de derecho democrático, lo cual no ocurrió debido a razones ajenas a sus deseos”, asegura el documento.
Participación activa
En otro punto, agrega: “Bolsonaro tenía plena conciencia y participación activa”. Bolsonaro, quien había alegado repetidamente y sin pruebas que el sistema de votación electrónica del país era propenso a fraudes, convocó a una reunión en diciembre de 2022, durante la cual presentó un borrador de decreto a los comandantes de las tres divisiones de las fuerzas armadas, según el informe policial, firmado por cuatro investigadores.
El decreto habría dado inicio a una investigación sobre las sospechas de fraude y delitos relacionados con los comicios de octubre de 2022, y habría suspendido los poderes del Tribunal Superior Electoral (TSE).
La Marina sí, pero el Ejército y la Fuerza Aérea, nó
El comandante de la Marina brasileña estaba listo para cumplir, pero los comandantes del Ejército y Fuerza Aérea objetaron cualquier plan que impidiera la toma de posesión de Lula, asegura el informe.
Esas negativas fueron la razón por la que el plan no se llevó a cabo, de acuerdo con testigos que hablaron con los investigadores. Sin embargo Bolsonaro nunca firmó el decreto para poner en marcha la etapa final del supuesto plan.
El ultraderechista ha negado en repetidas ocasiones haber cometido algún ilícito o haber tenido conocimiento de cualquier complot para perpetuarse en el poder o derrocar a su rival y sucesor, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
“Nadie va a llevar a cabo un golpe con un general de reserva y media docena de otros oficiales. Lo que se dice es absurdo. Por mi parte, nunca se ha discutido un golpe”, dijo Bolsonaro a periodistas en Brasilia, la capital de Brasil, el lunes.
“Si alguien viniera a discutir un golpe conmigo, diría, está bien, pero al día siguiente me preguntaría, ¿cómo nos verá el mundo?”, agregó. “La palabra ‘golpe’ nunca ha formado parte de mi léxico”.
El TSE ha pasado el informe al fiscal general, Paulo Gonet, quien decidirá si acusa formalmente a Bolsonaro y lo lleva a juicio, o abandona la investigación. El expresidente fue acusado formalmente de tres delitos: eliminación violenta del estado de derecho, montaje de un golpe de Estado y formación de una organización criminal.
Rodrigo Rios, profesor de derecho en la universidad PUC en la ciudad de Curitiba, dijo que Bolsonaro podría enfrentar hasta un mínimo de 11 años de prisión si es declarado culpable de todos los cargos, consigna la agencia AP.