Nápoles atravesó un noche de miedo, tras un terremoto de magnitud 4,4 que se sintió a la 1:25 de este jueves. El epicentro del seísmo fue registrado por el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (Ingv) a dos kilómetros de profundidad frente a la ciudad de Pozzuoli.
Fue el seísmo más fuerte en los Campos Flegreos de los últimos cuarenta años, junto con el del 20 de mayo de 2024.
El seísmo se sintió en toda la zona napolitana, pero los mayores daños se registraron en el distrito de Bagnoli. Una mujer que no sufrió heridas graves fue rescatada por los bomberos.
Un falso techo se derrumbó en una casa, mientras que varios coches resultaron dañados por los escombros que cayeron de los edificios. Algunas familias quedaron varadas en los pisos superiores porque las puertas de entrada de sus casas estaban cerradas.
El terremoto también dañó el campanario de la iglesia de Santa Ana. Tras el primer temblor, el Ingv registró un enjambre sísmico con otros seis temblores menores de hasta 1,2 de magnitud.
Este jueves por la mañana, los bomberos informaron de cuarenta controles y de otros setenta aún por realizar. Trenitalia informó de retrasos en las líneas Nápoles - Salerno vía Monte del Vesuvio, Nápoles - Roma y Cassino debido a comprobaciones técnicas.
Los ciudadanos de la zona salieron a la calle y algunos llegaron a los puntos de recogida. Hubo también varios momentos de tensión con la Policía en la antigua base de la OTAN en Bagnoli, cuando los ciudadanos rompieron las puertas para entrar con sus coches.
Tras una reunión en la prefectura a la que también asistió el alcalde de Nápoles, Gaetano Manfredi, las escuelas del décimo municipio de Bagnoli-Fuorigrotta decidieron permanecer cerradas. En Pozzuoli se han habilitado zonas de espera para la población con el fin de ayudar a los ciudadanos que pasaron la noche en sus coches.![]()
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