Los iraníes votan este viernes en unas elecciones anticipadas para sustituir al fallecido presidente Ebrahim Raisi, muerto en un accidente de helicóptero el mes pasado, en un momento en el que la República Islámica atraviesa problemas económicos, protestas masivas y tensiones en Oriente Próximo.
Los votantes se enfrentan a una elección entre candidatos de línea dura y un político poco conocido que pertenece al movimiento reformista iraní que pretende cambiar su teocracia chií desde dentro.
Sin observadores internacionales
Como viene ocurriendo desde la Revolución Islámica de 1979, las mujeres y los partidarios de un cambio radical no pueden participar en la votación, que no será supervisada por observadores reconocidos internacionalmente.
La votación se produce en un momento de gran tensión en Oriente Próximo por la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza. En abril, Irán lanzó su primer ataque directo contra Israel por la guerra de Gaza, mientras que las milicias que Teherán arma en la región -como Hezbolá en Líbano y los rebeldes hutíes en Yemen- participan en los combates y han intensificado sus ataques.
Participación electoral
Se espera una participación electoral récord. Sin embargo, dada las últimas elecciones, sigue sin estar claro cuántos iraníes participarán en los comicios de este viernes.
El ministro del Interior, Ahmad Vahidi, encargado de supervisar las elecciones, anunció la apertura de todas las urnas a las 8 de la mañana, hora local. Jamenei emitió uno de los primeros votos de las elecciones, instando al público a acudir a las urnas.
"Que la gente acuda a las urnas con entusiasmo y que aumente el número de votantes es una necesidad imperiosa para la República Islámica", dijo Jamenei. La televisión estatal emitió más tarde imágenes de colegios electorales de todo el país con colas modestas.
¿Quiénes se presentan a las elecciones de Irán?
A grandes rasgos, los analistas describen lops comicios como una contienda a tres bandas. Hay dos partidarios de la línea dura, el ex negociador nuclear Saeed Jalili y el presidente del Parlamento, Mohammad Bagher Qalibaf.
El tercer candidato es un clérigo chiíta, Mostafa Pourmohammadi, también se ha mantenido en la carrera electoral a pesar de los malos resultados en las encuestas.
También está el candidato reformista Masoud Pezeshkian, que se ha alineado con figuras como el ex presidente Hassan Rouhani, bajo cuya administración Teherán alcanzó el histórico acuerdo nuclear de 2015 con las potencias mundiales. Finalmente, el acuerdo nuclear se vino abajo y los partidarios de la línea dura volvieron a tomar el timón.
Una mayor participación podría aumentar las posibilidades de Pezeshkian, un cirujano cardíaco de 69 años que busca una vuelta al acuerdo atómico y mejores relaciones con Occidente.
Pero aún no está claro si Pezeshkian podría ganar el impulso necesario para atraer a los votantes a las urnas.
Ha habido llamamientos al boicot, entre ellos el de Narges Mohammadi, Premio Nobel de la Paz encarcelada. Mientras tanto, Jamenei ya ha lanzado una advertencia apenas velada a Pezeshkian y sus aliados por su deseo de acercarse a Estados Unidos.
Los votantes
Pueden votar más de 61 millones de iraníes mayores de 18 años, de los cuales unos 18 millones tienen entre 18 y 30 años. La ley iraní exig e que el ganador obtenga más del 50% de los votos emitidos. De no ser así, los dos candidatos más votados pasarán a una segunda vuelta una semana después.
Raisi, de 63 años, murió en el accidente de helicóptero del 19 de mayo, en el que también perdieron la vida el ministro de Asuntos Exteriores del país y otras personas. Se le consideraba un protegido de Jamenei y un posible sucesor como líder supremo.
Sin embargo, muchos lo conocían por su participación en las ejecuciones masivas que Irán llevó a cabo en 1988 y por su papel en las sangrientas medidas contra la disidencia que siguieron a las protestas por la muerte en 2022 de Mahsa Amini, una joven detenida por la policía por llevar supuestamente de forma indebida el pañuelo obligatorio, o hiyab. (Euro News)