El régimen de China amenazó este miércoles a Estados Unidos con una posible escalada comercial al declarar públicamente que “no teme” una guerra económica con Washington.
La advertencia fue emitida por el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lin Jian, quien también reiteró que Beijing solo aceptará negociar si se eliminan lo que calificó como “presiones extremas” por parte del gobierno estadounidense.
“Si Estados Unidos realmente quiere resolver el asunto mediante el diálogo y la negociación, debería dejar de ejercer presión extrema, dejar de amenazar y chantajear, y hablar con China sobre la base de igualdad, respeto y beneficio mutuo”, declaró Lin durante una conferencia de prensa.
La respuesta del régimen chino llegó un día después de que la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declarara que corresponde a Beijing “dar el primer paso para llegar a un acuerdo arancelario” y que “la pelota está en su tejado”.
Según Leavitt, Estados Unidos mantiene abiertas las vías de diálogo, pero no cederá ante condiciones impuestas por el régimen comunista.
“Fue EE UU y no China”
Lin Jian aseguró que “fue Estados Unidos quien empezó con los aranceles” y que China solo ha respondido en defensa de sus intereses.
“China ha sido muy clara: si EEUU quiere dialogar debe hacerlo desde el respeto, y debe dejar de usar máxima presión, amenazas y chantajes”, afirmó.
El vocero también sostuvo que la posición de China sobre el conflicto arancelario “ha sido clara e inequívoca” desde el inicio. “No hay ganadores en las guerras comerciales. China no quiere esta guerra, pero no le asusta luchar”, expresó.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China se intensificó el pasado 2 de abril, cuando el presidente Donald Trump anunció la imposición de “aranceles recíprocos” a una serie de países.
Aunque rectificó parcialmente una semana después ante las caídas bursátiles y el aumento del costo de financiamiento de la deuda, endureció su postura contra China, elevando los aranceles a las importaciones chinas hasta un 145 %.
En respuesta, Beijing aumentó sus gravámenes a los productos estadounidenses hasta un 125 %. (AFP y EFE)