Newell’s tenía una prueba de fuego este domingo en el Coloso frente a Aldosivi de Mar del Plata. Tras dos caídas en fila, necesitaba una victoria como agua en el desierto y, al menos esa parte, la consiguió. Se impuso 1-0 con un golazo de Gonzalo Maroni en el primer tiempo, en la noche que marcó el debut de Keylor Navas en el arco rojinegro y el fútbol argentino.

En la previa gran parte de la expectativa la generaba el debut de Navas bajo los tres palos, aunque durante todo el primer tiempo el costarricense fue apenas un espectador de lujo en el partido, ya que Aldosivi se arrimó muy poco al área rojinegra. 

La responsabilidad de crear y jugar con la pelota recayó en el Newell’s de Soso, esta vez con Fernando Cardozo como carrilero derecho, Jacob en la línea de tres y Funez como centrodelantero. La apuesta rojinegra fue buscar que Maroni, Silvetti y Banega logren asociarse en tres cuartos. 

Les costó, sobre todo al principio, pero con el paso de los minutos los futbolistas parecieron soltarse y la Lepra empezó a merodear el área marplatense, aunque sin demasiada claridad. Le faltaba estar más fino en los metros finales para resolver mejor y acercarse al gol.

La búsqueda tuvo su premio a los 28 minutos, cuando Cardozo lanzó un centro pasado, Tabares la bajó de cabeza para Maroni y el ex Tigre, con un gran movimiento para empalmar la pelota, conectó un zurdazo potente e inatajable para el arquero Carranza. Fue el 1-0 y un gran desahogo para todos en el Parque Independencia.

Sin ser arrollador, en el marco de un duelo con cierta paridad en el desarrollo, los rojinegros habían hecho méritos para estar arriba. No obstante, el cierre de la primera parte fue con el Tiburón animándose a atacar, sobre todo a través de la pelota parada, y con un par de aproximaciones –mal resueltas– al arco de Navas. Hubo señales de alarma, porque expuso las vulnerabilidades de Newell's.

Para el complemento, Soso pasó a Silvetti a la banda izquierda, y en los arranques y la potencia del extremo el equipo local encontró una forma de lastimar a Aldosivi, aunque intermitente y, además, sin demasiados socios para juntarse. Dos remates de “Toto”, uno de derecha que despejó el arquero y otro de zurda que rebotó en Funez dentro del área, fueron de los pocos avisos rojinegros.

Los cambios, de uno y otro lado, casi no modificaron el trámite en la noche del Coloso. Newell’s le dejó la pelota al Tiburón, al que no se le cayó una sola idea en busca de la igualdad. El rojinegro tampoco lo pudo liquidar y pareció dedicarse a cuidar la ventaja, pese a que era mínima y cualquier error podía dejarlo sin los tres puntos. 

Para la Lepra era fundamental quedarse con los tres puntos, lo hizo y es una buena noticia luego de un comienzo con dos cachetazos seguidos. Sin embargo, en lo colectivo e individual sigue siendo un equipo en formación, con serios problemas de confianza y sin un estilo de juego demasiado claro.