Y la tercera fue la vencida para Brasil. En los penales tuvo la puntería que no consiguió en los 90 minutos que finalizaron igualados en cero, y con un 4-3 esta vez eliminó a Paraguay, no como en las últimas dos veces que perdió por esa vía ante los guaraníes por Copa América (2011 y 2015).

Con la clasificación el seleccionado anfitrión se sacó lo que podía ser una pesadísima mochila y se instaló en las semifinales para esperar el posible choque clásico ante Argentina, si el equipo de Messi deja hoy en el camino a Venezuela.

El sufrimiento brasileño en la definición desde los 12 pasos mostró claramente lo que podía significar una eliminación en su casa, teniendo en cuenta que aún está reciente la frustración de no poder ganar su Mundial en 2014.

Mereció ganar Brasil. En el juego fue muy superior al voluntarioso y aguerrido equipo paraguayo que paró el Toto Berisso para hacerle frente.

Sin embargo, la pelota no entró en el arco defendido por Fernández ni en la etapa inicial ni en los 7' extras por el tiempo adicionado, cuando el dueño de casa atacó y atacó buscando el desequilibrio, aunque arriesgó a alguna contra que Paraguay no supo aprovechar para dar el batacazo.

Como se preveía, desde el comienzo del partido fue Brasil el que tomó la iniciativa para asegurarse la victoria. Buscó quebrar el cero con dominio territorial pero careció de puntería, algo que le costó en la fase de grupos, salvo en el 5-0 ante Perú. El equipo de Tite tuvo varias, aunque igual la más clara fue para la visita y el brasileño Alisson se quedó con el remate de Derlis González sobre la media hora.

Ni hablar de lo que se perdió la verdeamarelha en el complemento, cuando fue una tromba, claro que también favorecido porque los guaraníes se quedaron con diez por expulsión de Balbuena a los 57', en un tiro libre que por un par de centímetros, gracias al VAR, no fue penal.

Brasil fue con todo en busca de la victoria. Arthur probó a Junior Fernández desde afuera del área, se lo perdió por poco Gabriel Jesús y también definió mal Everton. Paraguay aguantaba como podía.

El arquero Fernández se lució después de un cabezazo y cuando el reloj ya marcaba los 45' la base del palo derecho del arco guaraní le dijo que no a un zurdazo bárbaro de Willian.

Las últimas estuvieron en los pies de Everton y Coutinho pero la pelota siguió en la misma tesitura y no entró.

Entonces, penales. En los que esta vez Brasil terminó disfrutando de la victoria y de la clasificación a semifinales. Con suspenso pero con el último penal en los pies de Gabriel Jesús, que mandó la pelota al fondo del arco y metió al anfitrión en la llave en la que se asegura terminar entre los cuatro mejores, algo que estaba dentro de la lógica.

Fuente: La Capital